Historia de un turrón de chocolate

Había una vez un kilo de cobertura de chocolate, una naranja, 500 ml de nata, una vaina de vainilla, una pizca de canela y 400 gr. de avellanas enteras tostadas que soñaban con ser turrón de chocolate.

Entonces una valiente inconsciente muchacha se puso manos a la obra para hacerles cumplir sus sueños. Primero, puso a hervir la nata con la vainilla, la piel de la naranja y la canela y la dejó enfriar. Después, puso 150 gr. de la cobertura de chocolate al baño María, extendió la mitad en un molde cuadrado y esperó a que se enfriara y se quedara dura.

La nata se enfrió, la muchacha la coló y la puso a hervir otra vez, puso el resto de la cobertura de chocolate a deshacer en la nata y echó una capa de esta mezcla en el molde, las avellanas y el resto de la mezcla. Cuando estuvo todo frío, volvió a calentar al baño María el resto de la cobertura y la puso por encima.

Los ingredientes estaban tan contentos, porque dentro de poco ya se endurecerían y se convertirían en un delicioso turrón de chocolate para celebrar las Navidades.

Y pasaron una hora en la nevera y no tenían aún la textura de turrón... y pasaron dos horas y seguían igual de blanditos, tres, cuatro, cinco...

Los ingredientes estaban muy tristes porque no se habían convertido en turrón y no podrían traer alegría esta Navidad... pero la perseverante tozuda muchacha quiso darles una oportunidad, así que tomó pedacitos, los pasó por cacao en polvo y los puso en moldecitos de bombón.



Entonces los ingredientes sirvieron para alegrar las fiestas de los amigos de la muchacha, guardaditos en sus cajitas amorosamente decoradas para la ocasión.

Y fueron unas felices Navidades... :-) Espero que para todos vosotros también.
¡¡¡Felices fiestas!!!