domingo, 2 de octubre de 2016

¡Venga!

Bon dia! ¡Venga! ¿Nos levantamos? El tren, la oruga glotona, la rana, el monstruo de colores... Entre los ojos achinados distingo la luz naranja que inunda el comedor, esa que me hace recordar cada mañana por qué vivimos aquí.

¡Venga! ¡A desayunar! Tostadas sin tostar, atún, porridge, leche, zumo... La cafetera me hace gorgoritos, el olor tostado me agranda los ojos.

¡Venga! ¡Hay que vestirse! Camiseta de vespas, calcetines, hace frío, hace calor, ¡un agujero!, calcetines otra vez, dientes... La bolsita de la merienda se rellena: una galleta, dos galletas, tres galletas.

¡Venga! ¡Vamos! Gorrito de inca, botellita de agua, zapatos, bambas, chaqueta, bufanda, ascensor... Tras la ventana entelada de la panadería se sienta la chica de las gafas con el Standard, el croissant y la mermelada.

¡Venga! ¡Vamos! ¡no marxis, no marxis, no marxis! Tranvía, tres minutos, autobús, mercedes, audi, semáforo, bicicletas, un payaso, 64 escalones, Guten Morgen!... La bolsita de la merienda se vacía: una galleta, dos galletas, tres galletas...

Galletas de desayuno de Pía

Cookies

Son tan fáciles, que no se le puede llamar receta. Las de la foto son dos plátanos maduros, una taza de coco rallado y 75 gramos de pepitas de chocolate, todo mezclado (no se necesita ni batidora, con un tenedor para aplastar los plátanos es suficiente) Un cuarto de hora en el horno a 180º y listas.

Son sanas sanotas, sin ni un gramo de azúcar añadido y de verdad dulces como las galletas más guarras del mercado.

Las de hoy eran dos plátanos maduros, una taza de copos de avena instantáneos, dos cucharadas soperas de mantequilla de avellana (la que mató a mi pobre batidora, ay) y 75 gramos de pepitas de chocolate (esta es una constante que no puedo evitar).

¿Alguien se atreve con otras variaciones?

¡Salud!

4 comentarios:

  1. Pedazo de idea que me has dado para reciclar la pulpa de chufas que congelé tras hacer horchata en agosto. A ver qué sale...

    ResponderEliminar
  2. Caray que ritmo de mañana; aquí la pereza no se atreve a entrar!

    ResponderEliminar