jueves, 17 de agosto de 2017

Gracias

Llevo un diario de agradecimientos. Dicen que es bueno para la salud mental y para reparar el pesimismo, así que cada día apunto en mi agenda cuatro o cinco cosas que hacen que se me esponje el corazón. Hay días que cuesta encontrar algo que escribir, otros cuesta mucho y otros, como aquel fin de semana de principios de verano (o finales de primavera), se acumulan tantas cosas que se te convierten en un post.



Doy gracias por las montañas, el amarillo, los cielos cuajados de estrellas y el Alpenglühen.



Doy gracias por los Kasnocken, los huevos fritos para desayunar, las salchichas asándose en palos y los plátanos rellenos de chocolate en la hoguera.



Doy gracias por los murciélagos, las pieles de serpiente escondidas en la leña, las Erdbienen, los berridos de los ciervos, los gritos de los halcones, las madrigueras de tejones, las ardillas, los escarabajos y los abejorros.



Doy gracias por las hamacas con overbooking, los columpios de mosquetones y cuerdas, el escondite, las croquetas en el prado y los Maipfeiferl.

Doy gracias por el agua de manantial, la cocina de leña y las canciones de Die Toten Hosen de madrugada.



Doy gracias de que aún existan lugares como este, en donde poder aterrizar, darte cuenta de lo sencillas que pueden ser las cosas, de que comodidades como la electricidad o el agua caliente se dan por supuestas cuando en realidad son un auténtico lujo, y de lo generosa que es la naturaleza y de cómo abusamos de ella.

¡Salud!

6 comentarios:

  1. Mmmm... que rico post!!!
    Gracias por dejarnos leerlo... ;)

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  2. Me ha encantado... ahora tengo ganas de ir a los Alpes ^_^

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  3. Que cuento tan chulo, gracias a ti también por dejarnos formar parte :)

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  4. Me encanta el post, sobre todo el último comentario en el que damos por supuestas el agua caliente y la electricidad. Qué suerte tenemos.

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