domingo, 10 de junio de 2007

Segunda receta de mi mami

Hace unos días se discutía en el blog de Paco, entre otros temas, el tema de la integración en un país extranjero. Eso me hizo pensar en qué es realmente integración y en cómo se sabe si estás integrado o no. Supongo que las claves son conocer el idioma, tener un trabajo y hacer amigos autóctonos con los que ir a tomar unas copichuelas. Creo que en todo esto más o menos voy sacando un aprobado, aunque sé que me queda mucho camino por recorrer, ¡sobretodo en el tema idioma!
Pienso en algunos de los españoles que me he encontrado por estas tierras, siempre quejándose de la comida de aquí, que todo es tan caro, que el tiempo es un asco, que la gente es tan cerrada, siempre buscando al grupito de españoles para rajar de los locales... Creo que el día en que yo me queje así, cojo la puerta y me voy. Nadie me obliga a quedarme en un país donde no estoy bien. (Eso no quiere decir que a veces no me queje... es nuestro deporte nacional ¿no? jejeje)
Relacionando el tema de la integración con el gastronómico, me da un poco de pena esa manía española de asegurar de que "como en España no se come en ningún lado". Bien, se come diferente pero no se come mal. Como dice Ibán, "es cuestión de tradiciones y gustos". Es absurdo empecinarse en comer paella cada sábado porque no solo te sale carísimo, sino que no va a ser lo mismo, obviamente. Hay que adaptarse a lo que hay... supongo que eso es parte también de la integración.
Es cierto que aquí, por ejemplo, los higos los cobran a euro la pieza (mi madre aún está traumatizada) pero también es cierto que he descubierto algunas verduras y frutas riquísimas y baratas que nunca había visto en España, como el colirrábano o el ruibarbo.
Además, en estas tierras, con la coña de la "sana dieta mediterránea" han adoptado muchos ingredientes como el aceite de oliva mientras que en España estamos tan seguros de que nuestra dieta es la mejor que nos perdemos muchas cosas de la gastronomía centroeuropea, como los diferentes tipos de nata (mmmmh) o los deliciosos panes de cereales variados (afortunadamente, estas cosas están cambiando poco a poco y se puede encontrar ya casi de todo en todas partes).
De todas maneras, de vez en cuando, hago una visita a la tienda de productos españoles de aquí y me doy algún caprichito. Así, juntamente con los productos que nos traen nuestras visitas, puedo preparar algunas recetas españolas. Aunque sean todo un lujo para el bolsillo... ¡a veces hay que darse estos placeres!




Pimientos del piquillo rellenos de bacalao (al estilo de mi madre)



Ingredientes (para tres o cuatro personas):

dos cebollas medianas
un filete de bacalao desalado (48h en remojo, cambiar el agua cada 12h)
100 gramos de mantequilla
100 gramos de harina + un poco para rebozar los pimientos
medio litro de leche
cuatro zanahorias medianas (yo sólo tenía dos, así que puse dos y un trozo de apio)
un ajo gordo
un vaso de vino blanco (yo le puse jerez)
dos latas de pimientos del piquillo (reservar el agua o aceite de la lata)

Se desmiga el bacalao y se reserva. Se pone la mantequilla en un cazo y se pocha en ella una cebolla picada muy fina. Se añade el bacalao y se le da unas vueltas. Se añade la harina y cuando ésta queda como una pasta espesa, se va añadiendo la leche poco a poco hasta obtener una bechamel espesa (como para hacer croquetas). Se deja enfriar un poco.
Mientras, preparar un sofrito con las zanahorias ralladas, la cebolla y el ajo picados (en mi caso también el apio picado).
Rellenar los pimientos con la bechamel de bacalao, rebozarlos en harina y freirlos un poco hasta que estén dorados.
Echar el vino al sofrito y cuando se evapore el alcohol, añadir los pimientos rellenos, el caldo de la lata de los pimientos y agua hasta cubrir los pimientos. Dejar cocer a fuego medio hasta que la zanahoria quede tierna. ¡Cuidado con la sal, que el bacalao ya es salado!
Servir espolvoreado con perejil picado y con un buen vino (los vinos austríacos están muy ricos)

¡Salud!

8 comentarios:

  1. Claaaaaaaaaro mujer ;)

    Es absurdo pretender tomar en Sebastopol un bocata de calamares, o unos bunyols de pascua de esos tan ricos.
    En cada sitio lo suyo. Es cierto que España es un país privilegiado gastronomicamente (en parte por lo grande que es y las culturas que han pasado por allí), pero yo creo en cualquier sitio se puede disfrutar de una comida deliciosa. Y el ejemplo del café/té que citas se lo digo siempre a cualquier español que me empieza con eso, porque yo soy muy amante del té...y en españa el panorma téístico....pues ya me dirás.

    ...y luego... ¡Cómo saben en el extranjero esos platos sentimentales, del recuerdo, de la famila! ...hechos con el ingrediente mágico de la morriña...un aditivo tan potente que creo que puedo oler los pimientitos desde aquí, en el este de Londres :)

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  2. Integrarse es hacer que nuestra cultura vaya de la mano con la del país que nos hospeda, y que suponga una fuente de enriquecimiento, no de queja y frustración contínua...así contemplo con cariño la Pasta Gallo al lado de la Barilla y la Buitoni en las estanterías de los supermercados de España!
    Y luego, como nos cabas de enseñar, hay que disfrutar de los "momentos morriñas"!

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  3. Vaya cómo cocinas!!! Fabuloso! aunque en Cork no hay super español, solo para los polacos.
    Por cierto, el Ruibarbo aquí también se toma muchiiisimo, mi madre está aficionada a los yogures de esta verdura, entre otros!

    Ah! cuando quieras te pasas por nuestra terracita! ;)

    Maria
    http://www.laislaesmeralda.com/

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  4. Enhorabuena a tu madre y gracias por compartir sus recetas. Esta la hagp seguro, ya sabes que a nosotros también nos gusta el bacalao. Besos. Ana

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  5. Hola, he llegado aqui x google, jaja buscando cosas de Salzburgo, y bueno tenía una dudilla a ver si me puedes ayudar.
    Puedo ir este verano a tarbajar a Austria, y me han ofrecido ir a Salzburgo o a Viena, y no se a q lugra es mejor ir, asi q si pudieses ayudarme pleaseeeee!!!
    mi email es rsasda@hotmail.com

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  6. Ibán, sé que en España se come muy bien pero cuando oigo, por ejemplo, gente decir que se come mal en Londres me hierve la sangre. Sólo de pensar en las salchichas de Cumberland o en las limonadas Fentimans Victorian se me hace la boca agua :-)

    Cannella, tienes razón. Pero hay veces que es complicado encontrar un equilibrio entre las dos culturas, sobretodo dependiendo de las culturas.

    María, esta receta es muy fácil. sobretodo si tienes Thermomix ;-). Mi madre siempre la hace con el aparatejo... jejeje... Si no encuentras bacalao, lo puedes sustituir por otro pescado, y si no encuentras piquillos, pues puedes asar tú misma otros pimientos en el grill. Disfruta de esa terracita!

    Gracias Ana, yo tengo pendiente tu ensalada de bacalao y patatas!

    Anónimo, pues eso depende de lo que te guste y lo que pretendas en esta vida. Salzburg es más tranquilo y más rural. Viena tiene más marcha y es más urbana. Te escribo y lo comentamos con calma :-)

    Besos a todos!

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  7. Bueno, tengo que reconocer que yo era de las de no hay sitio más bonito que Asturias y no se come en ningún sitio como en España, viajar un poco (sólo un poco para mi desgracia) me ha cambiado el punto de vista, y tratar con gente extranjera mucho más, tengo una amiga rumana encantadora y guapísima que añora tanto su comida, y la oyes hablar de los platos de allí, de las patatas, las verduras, el paté de berenjenas, todo le sabe distinto, soy consciente de que en parte habla su morriña, y en parte sus gustos y sus hábitos, exactamente igual de válidos que los míos. Y tengo un compañero de trabajo y amigo, croata que demuestra en todos sus comentarios lo poco que le gusta todo esto...no digo que esa actitud sea la correcta pero a mi me demuestra que cada uno habla de la feria como le va en ella, y que lo maravilloso es enriquecerse y saber que los dulces portugueses son una exquisited (y que decir de su bacalao as natas), que lo poco que me pude permitir comer en francia me hizo alcanzar las estrellas y que hay todo un universo por descubrir ahí fuera. No hay que ser chovinistas, lo nuestro es lo nuestro y eso no cambiará nunca, nos atan emociones y recuerdos, pero yo creo que cuando uno es capáz de percibir que no estamos en el centro del mundo sino que somos sólo una pequeña parte del universo, ha madurado un poquito.
    P.D. En mi contradicción, cosa que comparto con Mar, sigo pensando que no hay sitio como mi Asturias del alma...jajajajaja.

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  8. Claro que se añoran las cosas de la tierra, pero vivir amargado todo el día quejándose, pues que no es plan... y además, uno se pierde una de placeres increíbles con el cuento de que en Europa se come fatal.
    Besos!

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