domingo, 20 de julio de 2014

Un as en la manga

Cuando era niña, era de esas personas que no querían irse nunca a la cama para desesperación de mis padres. Quería leer hasta las tantas, escuchaba a través de la pared a mis padres viendo el "Un, dos, tres" y tenía mucho miedo a la oscuridad. A pesar de los intentos por tranquilizarme, la imagen del monstruo de debajo de la cama era demasiado para mí y no conseguía conciliar el sueño.

Hasta que un día mi padre, (harto de traerme agua, acompañarme a hacer pis y mil cosas más) me dijo que agarrara bien fuerte la pera-interruptor de la lámpara en mi mesita de noche y que si tenía tanto miedo que no lo podía resistir, la encendiera y que no pasaba nada. El efecto fue mágico. Una vez tuve la posibilidad de hacer desaparecer el miedo cuando yo quisiera apretando un botón pude dormirme tranquilamente.

Como todos los buenos consejos, éste me ha acompañado durante toda mi vida. Incluso en aquellos meses en los que hice el intento de dejar de fumar, siempre llevaba en el bolso cigarrillos por si no lo podía resistir y tenía que encender uno. Ya van más de diez años en los que nunca he tenido la necesidad de encender ninguno, eso sí, algunos cuantos banana splits no vivieron para contar mi proceso de desintoxicación ;-).

Este invierno me había "dejado" un poco y estaba comiendo más dulces industriales y más carne de los que mi conciencia aceptaba con tranquilidad. Así que desde la primavera intento comer casi vegetariano y sólo los dulces que yo preparo. Eso sí, siempre tengo en la lata de la despensa galletas Leibniz y un par de veces por semana cae carne, si no es pollo, son estas albóndigas. Siempre necesito un as en la manga.

No tienen ningún misterio: carne picada, pan… a veces en vez del queso y las hierbas, les añado jengibre y salsa de pescado, otras comino y pimentón… así estamos entretenidos.

Albóndigas

20/52 Sundays

Ingredientes (para unas 24-25 albóndigas)

medio kilo de carne picada de ternera y cerdo
dos rebanadas de pan seco
medio vasito de leche
un ajo y una cebolla pequeña picados
un puñado de parmesano rallado
un puñado de hierbas frescas picadas (albahaca, perejil, cebollino…)
sal y pimienta
aceite de oliva
un vasito de vino blanco

Se remoja el pan con la leche y se deja reposar. Mientras, se sofríe un poco el ajo y la cebolla en una sartén grande. Se mezcla en un bol grande la carne, el pan remojado y escurrido, el ajo y la cebolla pochados, el parmesano, las hierbas, la sal y la pimienta. Cuando todo está uniformemente mezclado, se forman bolitas del tamaño de una nuez y se fríen en un poco de aceite hasta que estén doradas por todos los lados. Yo uso la misma sartén en la que he pochado el ajo y la cebolla. A veces, si no me caben en la sartén, tengo que dorarlas por tandas. Se ponen todas las albóndigas ya doradas en la sartén y se le añade el vaso de vino, se tapan y se dejan cocer unos minutos, hasta que estén hechas por dentro.

Se prepara una buena barra de pan o un poco de couscous para mojar ;-)

¡Salud!

4 comentarios:

  1. Esos padres....a mi me paseaba por el pasillo porque era algo sonámbula...y rezabamos juntos el jesusito de mi vida...ahora lo echo muuucho de menos. Las albóndigas me flipan!

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  2. Salud!
    Que ricas las albondigas. Yo las hago en el horno y no quedan mal :)
    Tu mesa pinta muy, muy bien siempre.

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