Febrero acabó y tengo tres nuevos amigos en casa: el champú sólido, la esponja y la sartén de cerámica. Al final mi cambio de hábito de febrero fue tan simple como ir a la tienda y hacerme con estas tres cosas que han eliminado el champú tradicional (lleno de ingredientes raros y plástico), las toallitas para bebé (al menos las que usaba dentro de casa) y la sartén de teflón. Aún me queda mucho por hacer y voy a seguir. El siguiente paso es elaborar las toallitas para fuera de casa y luego investigar un poco más a fondo el tema de las sartenes, porque me da en la nariz que simplemente cambiar teflón por cerámica no es la solución.
Después de intentar reducir los químicos tóxicos de nuestras vida, nos vamos a meter en la cocina ¡que este mes de marzo soy yo la anfitriona! (emoción, intriga...). Aquí se abre un mundo de posibilidades abrumador porque hay muchísimos hábitos mejorables en nuestras vidas que empiezan en esa zona de la casa. Además, todos los ámbitos en los que nos podemos centrar están relacionados y muchas de esas cosas actúan como efecto dominó que si cambias uno de los hábitos, de rebote, mejoran los otros.
Podemos enfocarlo a una mejor organización, que nevera y despensa estén mejor organizadas para poder ser más eficiente en el uso diario, planear mejor lo que queremos comer... Eso de rebote va a significar que seguramente tiremos menos comida, que podría ser otro de los focos de este mes. También nos podríamos proponer comer más sano, más verduras, menos carne, claro que eso seguramente querrá decir que nos organizaremos mejor para evitar comidas precocinadas, latas y otras viandas que caen hacia el lado menos saludable.
Si lo que quieres es organizarte mejor, yo tengo algunos truquillos que me ayudan. Por ejemplo, los martes, que es cuando me traen la caja de verduras y frutas, es el día que reviso y limpio la nevera. Así me aseguro que no se me queda nada en el fondo olvidado. La mayoría de las veces solo llego a pasar un trapo por el cajón de las verduras, pero me ayuda bastante a mantener una visión global de lo que tengo y lo que me falta. De todas maneras, para trucos más sofisticados, mi sitio favorito de dónde saco muchas ideas de organización de la cocina es The Kitchn.
Los menús semanales son también una manera de organizarse. Yo era una auténtica freak de los menús semanales. Antes los hacía a priori, antes de ir a comprar, para poder saber qué ingredientes comprar, me basaba en recetas de mis blogs favoritos, en mis libros de cocina. El resultado es que gastaba mucho dinero en comida y además tiraba bastante más que ahora. Ahora lo hago al revés. Ahora hago un plan semanal aproximado el martes cuando me traen la caja de las verduras, así sólo tengo que mirar qué hay y pensar lo que voy a hacer con ello. Hasta hice una serie en Instagram con mis ideas, lo llamaba #veoveodelamarmota. Si de todas maneras necesitas inspiración para menús, los que yo más consultaba son los de la página de Eroski y los de Webos Fritos.
Tirar menos comida es también un reto importante. Para evitar tirar, aparte de organizarse bien para que no sobre, también hay que saber reconvertir o almacenar bien las sobras para aprovecharlas. Intento no comprar ingredientes que sé que solo voy a usar para una receta y se van a quedar muertos de risa en la despensa durante meses hasta que los tire por puro aburrimiento. Para eso hago un esfuerzo de imaginación y hago cambios en las recetas para adaptarlas a los ingredientes que ya tengo o que uso normalmente. Por otro lado mis dos grandes amigos de la cocina de aprovechamiento son la batidora-picadora y el congelador. Con la batidora reconvierto cualquier salteado o horneado de verduras en una crema, hummus o hamburguesas vegetales. El congelador me permite ser flexible, puedo congelar sobras que sé que no van a ser suficientes para cuatro para otros días que me quede yo sola a comer en casa. De todas maneras, si queréis sacar un doctorado en aprovechamiento, hay que leer los posts #AquiNoSeTiraNada del Instagram de Webos Fritos, porque tiene muchísimas ideas, recetas y consejos.
He dejado al final el tema de comer más sano, porque va a ser mi reto de este mes de marzo. Creo que es una cuestión muy difícil de encarar y que hay muchísimas cosas que se pueden hacer desde muchos puntos de vista distintos. En este tema a veces hay tantísima información de lo que es bueno y saludable que se me hace bola. Voy a mantenerlo simple y claro para no liarme: quiero dejar de comer tanta carne, y no solo por mi salud, también por la salud del planeta. Quiero ofrecer a mi familia aún más recetas vegetarianas. Voy a intentar hacer un día vegetariano a la semana y si tengo energía y humor, a lo mejor hasta puede que haga un día vegano de vez en cuando. Me van a ayudar, entre otros, Lunes sin carne y mis múltiples libros de cocina vegetariana.
Y allá en el otro lado ¿Qué planes tienes? ¿Me he dejado algo interesante que explicar? ¿Qué es saludable y qué es enfermizo-saludable? ¿Qué trucos tienes para aprovechar comida y organizarte mejor? ¿has visto lo que se proponen Paula y Gemma? ¡Comparte, comparte! Por aquí o por allá, usando #12pequeñoscambios para etiquetarlo y que todos lo podamos ver. Nos vamos leyendo.
¡Salud!
Muy interesante también el reto de este mes, al que, por supuesto, me sumo. Me parece que se pueden hacer muchas cosas en la cocina para mejorar.
ResponderEliminarBesos.
¡Estupendo! si te apetece, puedes compartir tus avances :-)
EliminarMe gusta mucho. Yo me organizo bastante bien pero de vez en cuando algo tiro y me da una pena...
ResponderEliminarSiempre se nos acaba olvidando un tarro al fondo de la nevera, supongo que no se puede evitar, pero hay cosas que siempre me pasan, como que se me estropee la lechuga en invierno o acabar tirando demasiado pan.
EliminarAquí el pan lo tenemos bien organizado y pocas veces se tira: el que sobra al final del día va al día siguiente para bocata de media mañana al cole (dos días a la semana llevan fruta, dos días bocata y otro lácteo), y si no hay bocata se hacen tostadas por la mañana. Si vemos que hay mucho va para el congelador cortado en el tamño de tostada que nos gusta y que cabe en la tostadora, y así los desayunos son más fáciles: coger rebanada del congelador directamente a la tostadora 1 minuto y listo!
EliminarSi ya lo sé, que con un poco de atención y cariño se puede evitar tirar mucha comida, pero tengo que proponerme dar ese cariño a la lechuga y al pan, que los pobres los tengo abandonados. ;-)
EliminarEl nuestro es intentar reducir el azúcar y los procesados, pero confieso que está siendo muy difícil y aquí prefieren no comer que comer fruta por ejemplo, sigh. En fin, trazaremos un plan...
ResponderEliminarEs muy difícil, pero no imposible. Hubo una temporada que comprábamos yogures de sabores con un montón de azúcar y el marmotillo solo quería comer eso. Cada día la teníamos a la hora de la cena porque quería directamente el postre, hasta que dejamos de comprarlos. Al principio hubo protestas, pero ahora ya no hay problema. Supongo que si tienes 5 años es más fácil que si eres más mayor y más autónomo. En fin... ¡ánimo!
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