jueves, 13 de septiembre de 2007

Maronix y las galletas mágicas

Año 2007 d.C. Todo el mundo occidental conocido está ocupado culturalmente por el Imperio Norteamericano... ¿todo? ¡No! ¡Una pequeña aldea en el oeste del Imperio del Este resiste a la invasión yanqui!
Son impermeables a la publicidad, al mercado liberal y a placeres oscuros como la mayonesa Hellmann's, las patatas Lay's o las galletas Oreo.

Pero en la aldea vive una intrépida aprendiz de cocinero, Maronix. Ella ha oído hablar de una tarta maravillosa hecha con las galletas mágicas que dará fuerza y buen humor a quien la coma. Sale en busca de las galletas por toda la aldea. Va a los comercios pequeños, a los grandes y a los extranjeros... pero nada, su búsqueda es en vano.

Nuestra protagonista toma entonces su mochila y sale a buscar más lejos, pasadas las fronteras, allá donde dicen que todo es más barato, más ameno y mejor. Camuflada con una bolsa del Deutscher Bundestag, para no levantar sospechas, pasa la frontera para ir al Pueblo de los Libres. Suprema decepción cuando allí tampoco encuentra nada. Cabizbaja y meditabunda, vuelve a casa.

Sin embargo, Maronix es tozuda como una mula y no se resigna a no probar las propiedades fabulosas de la tarta. Así que decide llevar su aventura hasta el siguiente nivel. Esta vez irá a la gran Ciudad de los Monjes, famosa por sus delicatessen y productos mágicos. Para ello debe pasar por campos, pueblos y carreteras sin límite de velocidad... pero lo consigue y llega a la Ciudad de los Monjes, donde puede comprar el apreciado ingrediente y volver a casa a preparar la tarta mágica tan anhelada.

Oreo-Cheesecake (mezcla de las recetas del libro "Cooking with Friends" y la revista "Essen und Trinken für Jeden Tag")



Ingredientes:
180 gr. de galletas Oreo
50 gr. de mantequilla fundida
900 gr. de queso philadelphia
una taza de azúcar
4 huevos grandes
media taza de nata
una cucharadita de extracto de vainilla

Se precalienta el horno a 230ºC.
Se pican las galletas hasta obtener migas (reservad unas cuantas galletas enteras para decorar) y se mezclan con la mantequilla. La mezcla se presiona en la base de un molde desmontable para hacer la base de la tarta. Se pueden poner unas cuantas galletas enteras en las paredes del molde para que haga un efecto decorativo.
Se bate el queso hasta que esté cremoso y ligero. Se añade el azúcar y se sigue batiendo. Se le añaden los huevos uno a uno, batiendo bien después de añadir cada huevo. Se agrega la nata y la esencia de vainilla y se bate todo junto.
Verter la mezcla sobre la base de galletas y hornear unos 10 minutos. Entonces, abrir la puerta del horno y bajar la temperatura hasta 100ºC. Cerrar la puerta del horno y seguir cociendo durante una hora, hasta que en las esquinas esté cuajado pero en el centro aún se menee de manera "gelatinosa".
Se deja enfriar y se guarda en la nevera durante toda la noche.

Maronix recomienda ponerle menos azúcar, porque quedó muy dulce para su gusto (y eso que le puso menos azúcar de lo que ponía la receta). El sistema del horno le gustó porque le ahorraba el baño maría habitual en las recetas de Cheescake.

Y así, en la aldea, Maronix y sus amigos pudieron saborear la tarta y disfrutar de sus poderes mágicos hasta la madrugada. La que sobró, la congelaron para tener cuando se pasaran los efectos. Sin descongelar del todo también les gustó.

¡Salud!

14 comentarios:

  1. Genial el post. Casí parecías Atérix, en Astérix y los Godos, buscando al druida por toda Germania.

    ResponderEliminar
  2. Ji, ji, ji... Qué bien le hubiera ido a tu compañero de fatigas Panoramix, tener un congelador para su poción.
    Me encnat tu blog! Aunque no diga nada lo voy siguiendo!

    Besitos

    ResponderEliminar
  3. Pero que cosa mas chula te ha salido! Eres una artista

    Besitos valencianos.

    ResponderEliminar
  4. Es que las Oreo tiene un peligro ....

    ResponderEliminar
  5. Te felicito por tu tarta, pero sobre todo por la forma tan original de contar tus peripecias hasta conseguir las galletas mágicas.
    Con la pinta que tiene la tarta estoy segura de que da fuerza y buen humor a todo el que la toma.
    Saludillos

    ResponderEliminar
  6. Muy bueno! Y la tarta perfecta! Me la copio... aunque nunca he probado las Oreo :-(

    ResponderEliminar
  7. Las Oreo son un pecado! Y la tarta además la encuentro super fácil, un buen recurso para un momento de arrebato cuando te apetece comer dulce... A parte de las galletas los ingredientes habitualmente los tienes en casa y a falta de Oreo siempre se puede probar con otras...
    Un beso!

    ResponderEliminar
  8. Que lastima estar tan lejos de la "pequeña aldea" para poder conocer a Maromix, jejeje. Te ha quedado un post chulísimo.

    Gracias por tus estupendas recetas "aprendiz" y por visitar nuestro blog... ¡ya estamos aquí!.

    Besos.

    Ana y Víctor.

    ResponderEliminar
  9. Acabo de caer en la marmita.....y vaya he visto esta receta y me han entrado unas ganas de dulce...Eres genial !!

    Un saludo

    ResponderEliminar
  10. el sastre de Ulm, pues sí, casi busco las galleticas por TODA Germania :D

    miguel, ay, sí... los milagros de la técnica hacen que la magia sea más fácil ;)

    marta, gracias guapetona!

    guru, tienes razón, las oreo tienen mucho peligro, sobretodo si se te meten entre ceja y ceja y no las encuentras por ningún lado.

    carlos, gracias!

    salvia, te aseguro que pone de buen humor al más deprimido!

    gemma, ¿cómo? ¿no has probado aún las OREO? ¡Sacrilegio! ;)

    boomings, yo no suelo tener casi un kilo de philadelphia en la nevera ;) pero tienes razón, no es nada complicada de hacer :)

    Ana y Victor, me alegro de que hayais vuelto de vacaciones, se os echaba de menos.

    pilar, si ya te has secado del chapuzón en la marmita, prueba a hacer la tarta, que para el "mono" de dulce es fantástica!

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Maronix está muy contenta!!!

    ResponderEliminar
  11. Menuda imaginación !
    Marona eres un pòzo de ilusión !!!

    ResponderEliminar
  12. Un relato maravilloso, sigue poniendo a trabajar esa cabecita, pero para los ingredientes que no encuentre Maronix, le dice que por aquí hay más de una amiga dispuesta a mandarle lo que le haga falta.

    Un beso artista.

    ResponderEliminar
  13. Rosalisabel, nada de imaginación, realmente me sentí como Asterix en su aldea fortificada!

    Ara, gracias guapa! Ya se lo diré!

    Un beso!

    ResponderEliminar