Mi lado femenino

Los que me conocen saben que no soy el prototipo de feminidad. No soy elegante ni ordenada, tengo voz de LKW fahrer (camionero) y, con excepción de mis amigas de siempre, me siento más a gusto entre chicos que entre chicas.

Pero de vez en cuando me sorprendo a mí misma en medio de un brunch un sábado por la mañana, rodeada de diez mujeres más y diciendo cosas como "tu bizcocho de chocolate está delicioso", "¿me pasas el té, por favor?" o "¡tus pendientes son monísimos!".

Y para colmo de momentazo Bree Van De Kamp, aparezco en la reunión femenina con una bandeja llena de caracolillos de canela, Zimtschnecken o Cinnamon buns, para disgusto en nuestras cinturas y gusto en nuestras bocas.

Caracolillos de Canela (inspirados en la receta de Simply Recipes)



Ingredientes (para unos 15 caracolillos)

Para la masa:
75 ml. agua tibia
7 gr. de levadura seca de panadero
80 gr. de azúcar
200 ml. de leche
4 cucharadas soperas de mantequilla blanda
3 yemas de huevo grandes
una cucharadita de ralladura de piel de naranja
una cucharadita de sal
450 gr. de harina de trigo de fuerza
450 gr. de harina de fuerza de espelta (y algo extra para espolvorear)
una cucharadota de fermento líquido (masa madre)

Para el relleno:
125 gr. de azúcar moreno
Una cucharada de canela en polvo
4 cucharadas de mantequilla derretida

Para el glaseado:
el zumo de una naranja
un par de cucharadas de azúcar moreno
una cucharadita de canela

Se disuelve la levadura y una cucharada de azúcar en el agua tibia. Se deja reposar hasta que haga espuma.
Añadir el resto de los ingredientes para la masa y amasar en una superficie enharinada hasta obtener una masa lisa y un poco pegajosa (de 5 a 10 minutos).
Dejar levar la masa de 1 a 2 horas. (yo la dejé una hora a temperatura ambiente y después la dejé durante la noche en la nevera, al día siguiente la dejé fuera de la nevera media hora para que se templara)
Preparar el relleno mezclando el azúcar con la canela y derritiendo la mantequilla.
Con un rodillo, aplanar la masa hasta obtener un rectángulo.
Pincelar la masa plana con la mantequilla derretida y espolvorear con la mezcla de azúcar y canela.
Enrollar la masa por el lado más largo del rectángulo.
Cortar el rollo en quince trozos.
Poner los trozos en plano en una bandeja preparada para el horno y dejar levar otra vez hasta que casi doblen. Es igual si se tocan, esa es parte de la gracia de los caracolillos, que queden pegaditos los unos a los otros.
Hornear en el horno precalentado a 190ºC una media hora, hasta que los bollos estén dorados.
Preparar el glaseado calentando los ingredientes para ello hasta que el azúcar esté disuelto y ligeramente caramelizado.
Echar el glaseado por encima de los bollos y disfrutarlos calientes o fríos, como se prefiera.

Con las prisas, no los dejé levar demasiado la segunda vez, así que los metí en el horno cuando aún estaba frío para que se acabaran de levar rápidamente. De todas maneras, estas cosas con paciencia y con tiempo salen mejor. Si estos estaban buenos, hechos con tranquilidad, no lo quiero ni imaginar.

Por supuesto que los tres bollos que sobraron se quedaron en casa de la anfitriona del brunch. Las calorías compartidas son menos ;)

¡Feliz fin de semana de frío y nieve!