Esta semana nos hemos despertado con este paisaje en Salzburgo.
Pasear cuando nieva es agradable cuando no hace viento. Si se quiere dar un garbeo bajo la nieve hay que tener en cuenta algunos hechos curiosos:
A veces, al respirar, algún copo de nieve travieso se te mete en la nariz haciéndote cosquillas hasta que se derrite.
Hay una extraña conexión entre los pies y la nariz. Cuando los pies están calentitos, la nariz también y cuando se tiene frío en los pies, enseguida se dispara la alarma naricil helándose a su vez.
Lo primero que se te suele congelar es la barbilla. Y entonces hablas como si hubieras pasado por el dentista y te hubiera anestesiado la boca.
Llenan las calles de la ciudad de pequeñas piedrecitas para no resbalar que se incrustan en las suelas de los zapatos y suenan a claqué cuando entras en casa.
¿Habéis visto alguna vez las alcantarillas humeantes de Nueva York en alguna película? Pues en Salzburgo también las hay cuando hace el frío suficiente.
Cuando nieva muy fuerte se pega la nieve al abrigo y al gorro dando a la gente un aspecto de muñeco de nieve viviente muy divertido.
A veces, si pasas por una zona con árboles, los copos que caen son más grandes por efecto del viento. Eso también pasa al atravesar un parque infantil, los alrededores de una escuela o una empresa de ingeniería aunque por motivos muy diferentes ;)
Estas son de las primeras y espero que no las últimas noticias de nieve desde Salzburgo. Tengo la impresión de que este invierno va a ser una auténtica winter wonderland. ¡Ya estoy impaciente!
¡Salud!
¡Maronita! Qué gusto encontrar ya tantas entradas, es bueno tenerte de vuelta.
ResponderEliminarY qué bello se ve todo blanco, ahora no faltarán pretextos para quedarse acurrucaditos en casa (y no olvides abrigarte bien).
Muchos besos y abrazos.
Ale L.
Siempre he ido a Salzburgo en invierno (tengo que volver alguna primavera) y me encanta su paisaje nevado. Es de cuento :-). Dentro de poco tienes a la ciudad vestida de Navidad y es preciosa.
ResponderEliminarCómo va tu morriña? Un besazo muy fuerte.
Gebirg
Hola Marona,
ResponderEliminarSoy nuevo en esto de los blogs, y "paseando" por el ciberespacio he dado con el tuyo, y lo estoy disfrutando de veras. Me resulta muy agradable tu estilo de escribir y la importancia que das a las pequeñas cosas, que son las que nos pueden hacer trascender de la rutina diaria (no siempre desagradable).
Lo dicho, felicidades por el blog, aunque no nos conozcamos personalmente seré un asiduo lector.
Abrazos
Miguel Ángel Raya
Qué fotos tan bonitas... Aunque tengo que admitir que a mi la nieve me gusta sólo como paisaje, como en Barcelona no abunda y no soy esquiadora me cuesta adaptarme... Quizás la reencuentre en mi próximo viaje a Munich ;-)
ResponderEliminarQue la disfrutes mucho! Un besito
No sabes la envidia que me das maronita!! Aqui la nieve la vemos en las postales, jeje
ResponderEliminarBesitos
Y tú, la princesa perfecta en el medio de este paisaje de cuentos de hada...(con barbilla anestesiada :-)))
ResponderEliminarLa verdad que soy mucho más de verano, pero puestos a tener invierno, preferiría uno como ese... esos paisajes son impagables. Me encanta la nieve, de vez en cuando hago alguna escapadita a Andorra en invierno, pero no es lo mismo...
ResponderEliminarUn abrazo!
Ale, aunque seguimos sin conexión en casa, procuro bajar regularmente al café de internet. Ahora que hace frío los cafés en Salzburgo son muy agradables.
ResponderEliminarGebirg, pues yo te espero en primavera como decía Víctor Manuel, "con la puerta abierta de paaar en paaaar...". La morriña ya es menos, con estos paisajes, el adviento y las visitas que esperamos, se pasa enseguida!
Miguel Ángel, bienvenido a mi casita, me alegro de que te guste como escribo. Intento hacerlo lo mejor que puedo.
boomings, a finales del invierno ya me acostumbro, pero en las primeras nevadas voy por la calle alucinando como una cría chica... ¡hace una ilusión!
marta, no tengas envidia, mujer, que cualquier día te me plantas aquí y hacemos una guerra de bolas ;)
cannella, princesa? bueno... si tú lo dices, no te discuto :D
rubensito, la verdad es que me gusta este invierno, aunque tardes diez minutos en equiparte y desequiparte cuando sales o entras de casa :D La logística es complicada... ains... :D
Muchas gracias a todos y besitos tibios en las narices heladas!
Qué fotos más preciosas... me encantan con esos contrastes que le da todo nevado.
ResponderEliminarA abrigarse Marona... y a disfrutar que por aqui no nieva.
Petons
roaslisabel, pues las fotos son bonitas pero se me quedaron los deditos tiesos del frío :D ¡Todo por el arte! :D:D Petonets!!!!
ResponderEliminar¡Hola Marona!, nos ha gustado tu relato de la nieve en Salzburgo, y por supuesto tus estupendas fotografías.
ResponderEliminarTambién nos ha recordado a nuestra infancia, cuando en Madrid no teníamos la “boina de la contaminación” y hacía realmente frío, y nevaba, algunas veces tanto como para poder esquiar… ahora es imposible, en cuanto que caen cuatro copos, la ciudad se paraliza.
Esperamos que no pases un invierno muy crudo.
Besotes, Ana y Víctor.
Bueno, yo no tengo mucha experiencia en nevadas, pero lo que más me impresionó de la que viví con vosotros fue el sonido de los copos al caer, como un murmullo, por la noche, cuando todo estaba silencioso y los coches cubiertos por un metro de nieve... que luego había que achicar, por cierto :S
ResponderEliminarMarona hacia tiempo que no entraba en tu blog, maravillosas tus fotos, un beso
ResponderEliminarAna y Víctor, ains, eso de la contaminación aquí también está haciendo de las suyas...
ResponderEliminarAlba, pues a mí lo que más me impresiona de la nieve es el silencio que hay cuando está todo nevado... un día escribiré sobre eso!
Carlos, ¡hola! me alñegro de que vuelvas a estar por aquí...
¡Besos!