lunes, 28 de enero de 2008

Donde la sopa de col

Este fin de semana hemos luchado y vencido nuestro instinto marmotil que nos ordenaba quedarnos en casa haciendo Winterschlaf y hemos salido al exterior a ver paisajes tridimensionales.



Cuando planeamos una excursión de este tipo lamento no tener cámara para grabar nuestra conversación, porque no tiene desperdicio.

El Tonisito propone ir a Dürreck. Y yo sólo oigo "blah blah blah", vamos, que no tengo ni idea de dónde me dice. Y él sigue "Sí, mujer, si ya hemos estado, al pie de la montaña Jenner..." Nada... "Sí, en Berchtesgaden... ¿no te acuerdas?" Ni idea...



Entonces, a punto de perder la paciencia (el pobre) se le enciende una lucecita y me dice "Allí donde nos llevamos una vez el termo con una sopita de col y nos la comimos en unas piedras del camino" Y entonces es cuando a mí se me enciende también la lucecita "¡Aaaaaah! ¡Allí! ¡Ya recuerdo!... ¡Qué buena idea!"

Una vez más queda confirmado que en mi caso, no sólo el amor me llega por el estómago, también la memoria.



El caso es que subimos a Dürreck (donde la sopa de col para mí) y paseamos por el camino nevado admirando paisajes y sorteando esquiadores.

Me encanta oir los diferentes tipos de nieve bajo mis pies. Hay una que suena como gravilla, otra que hace una especie de chirrido sordo, otra que no hace ruido y resbala...



Pero lo que me va hacer recordar esta excursión llena de montones de algodón, luz de atardecer y extrañas huellas va a ser el almuerzo en la Hütte de turno. Una cabaña de madera llena de camaradería, Servus y sabores alpinos: pan de centeno y alcaravea, embutidos, jamón ahumado y salado, carnes frías, queso, pepinillos agridulces, finísimas rodajas de cebolla roja, todo espolvoreado con Kren (rábano picante), regado con una Radler (cerveza con limonada) y iluminado por el sol naranja de la tarde.

¡Salud!

11 comentarios:

  1. Un paisaje precioso Mar! No me extraña que recuerdes esa sopa de col, entre tanta nieve debía ser una bendición para el cuerpo!
    Esta semana en Barcelona hace un sol precioso :-)
    Petonets!

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  2. Qué relato y fotos más deliciosas :)
    Siente uno como una "manta metafórica" calentándole como por dentro del frío austriaco. Jo, pan de alcaravea con ahumados...sniff mi yo-centroeuropeo añora esas cosas. Lo del vaso es radler? se ve clarita sí. En Hamburgo la llaman agua del Alster (un lago que hay allí) Alsterwasser :)
    Qué potito todo, Marona, sigue contándonos como es la vida allí, al otro lado de la frontera.

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  3. Por cierto, que el otro día me crucé con Rosa Regás por la calle en BCN :) ¿qué tal escribe? (perdón por la ignorancia)

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  4. Que envidia te tengo. Que paisajes mas chulos. Y la sopa seguro que estaba estupenda.

    Besitos

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  5. Qué envidia de Hütte, hija!! Nada que ver con los algunos bares de la nieve de Madrid, con el suelo lleno de servilletas y huesos de aceitunas asesinos...

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  6. Qué panorama nos has apuntado... si es que ya estaba yo sintiendo la nieve a mis pies y los diferentes sonidos . Pero lo más es eseimpresionante entrepra, y si tuvieses un buen cacito caloentito de sopita casera, sería el novamás!!!.
    Es que soy muy friolera y solo de ver tanta nieve tirito.
    Petonets

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  7. boomings, bueno, cuando nos tomamos la sopa era otoño y no había nieve, pero sí unos colores espectaculares en las montañas. Aquí también hace sol :)

    ibán, sí, lo del vaso es Radler. Pero no siempre se hace con limonada, cualquier refresco de frutas vale.
    No te disculpes... yo tampoco había leído nada de ella. De este libro me gustan las partes que habla de la vida en el Empordà, pero cuando de repente, sin venir a cuento, comienza a meterse en politiqueos me saca de quicio y paso de largo. Habrá que leerse algo de ficción a ver que tal...

    marta, pues mira que tú, teniendo esos paisajes mediterráneos tan cerquita...

    mar, el suelo de la Hütte estaba bastante marranote, pero lo bueno de Austria es que no se sirven aceitunas en casi ningún lado (¿o eso era malo?).

    rosalisabel, pues no hacía demasiado frío, la verdad, íbamos sin guantes y todo. Si no, sí que hubiera pedido la sopita de Goulasch que se anunciaba tentadora en la pizarra.

    Gracias por los comentarios!!!
    Un besote!!!!!

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  8. El sueño de mi vida es ver la nieve. Cuando nieva en el Teide, cortan las carreteras, y cuando las abren, ya sólo hay hielo duro y resbaladizo. ¡Nieve! Y, ahora que lo pienso, Austria no está tan lejos...

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  9. lego, pues el huequito del sofá está aquí esperándote. Así que cuando quieras!!!
    Un beso!

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  10. Preciosas fotografias de nieve, montaña y comida alpina... ¡Que más se puede pedir!.

    Besotes,

    Ana y Víctor.

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  11. Ana y Víctor, realmente es un lujo tener todo esto a tan solo 40 minutos de casa. Tenemos que aprovecharlo más a menudo...
    Un beso!

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