¿Apio rosa?

Una de las verduras que más me llamaron la atención al llegar aquí fue un apio rosáceo que había por todas partes al llegar la primavera. ¿Qué leches es eso? ¿Para qué sirve? y ¡Estos austríacos están locos! eran los pensamientos que me rondaban cada vez que los veía.

Pasó el tiempo y descubrí, de la mano del Oliver, qué es lo que eso era y para qué servía. No era más que un simple ruibarbo y servía para comérselo. Es ácido, tiene un aroma muy especial y cuando se cuece le queda un color rosa precioso. A mí me encanta mezclarlo con fresas para hacer este estofado de frutas especiado:

Estofado (dulce) especiado de fresas y ruibarbo



Ingredientes (para muchas veces o muchas personas)

medio kilo de fresas
medio kilo de ruibarbo
100 gramos de azúcar
un par de estrellas de anís estrellado
un par de bayas de pimienta de jamaica
dos o tres cápsulas de cardamomo (sólo las bolitas del interior)

Se trocea la fruta y se pone todo en una cazuela al fuego. Se cuece unos cinco minutos (o hasta que la fruta esté tierna pero no deshecha.

Yo quería presentarla en forma de tarta de masa quebrada. Pero la masa quebrada y yo estamos peleadas y no hay manera de que me salga algo decente con ella. Menos mal que eso quedará solucionado cuando me empolle la Newsletter de La Zuccheriera y la masita en cuestión ya no tenga secretos para mí... jejejeje.

En total, que mi tarta se quedó en unas galletas de masa quebrada para mojar en la compota. Ideal para acompañar un yogur griego espeso y cremoso, o unas natillas aromatizadas con piel de limón y canela, o una nata montada fresquita, o un helado de vainilla, o...

¡Feliz día de Sant Jordi a todos!