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domingo, 29 de enero de 2017

Un nuevo año nuevo

Siempre espero que sea en enero cuando empiecen las rutinas, el orden, que la vida vuelva a tener un ritmo, pero nunca pasa. Este año tampoco ha pasado y voy a tener que esperar a febrero para intentarlo.

Tengo ganas ya de que sea febrero.

Tengo ganas de celebrar el día de la marmota y no sólo porque tengo la esperanza de que los vecinos por fin quiten las luces de Navidad del balcón (creo que están llevando a rajatabla lo de no quitarlas hasta la Candelaria), también porque creo que a partir de ahora ese va a ser mi día de año nuevo oficial.

Como el año pasado, tengo ganas de sentarme con Sharon a diario para encontrarme con su voz ronca que me ayuda a concentrarme en una sola respiración, ir hacia adentro.

También tengo ganas de volver a participar en Febrero sin Edulcorantes. El año pasado Victòria me hizo encontrar en el caos un momento diario para observar. Tomar esa foto me ayudó a mantenerme cuerda y a conectar con el aquí y ahora.

Tengo ganas de ponerme a preparar el cumpleaños de la Marmota. En abril la Marmota celebrará su décimo aniversario, así que me gustaría hacer alguna cosita, ya tengo las ideas, ahora "sólo" me toca ponerlas en práctica.

Y, ¡cómo no! quiero acabar con el (ya tradicional) cubo de cinco kilos de naranjas sanguinas, hacer mucho zumo y comer tan a menudo como pueda esta ensalada.


.


No puedo llamarla receta, es demasiado sencilla. Es una base de hinojo cortado fino mezclado con naranjas en rodajas, todo aliñado con aceite de oliva y sal. A veces le pongo algunos brotes de berros, brècol o rábanos, otras unas aceitunas griegas, si me siento festiva le añado un poco de granada (y así puedo apellidarla "de Navidad") y últimamente le añado aguacate, así me aseguro de que los marmotillos también pican un poco.

La saco para acompañar platos de bacalao, patatas o risotto porque me encanta el contraste de lo cremoso con el frescor crujiente de la ensalada. Es imprescindible servirla con un buen pan en el bol más bonito que se tenga, y si es azul mejor ;-)

¡Salud!

P.D. Muchísimas gracias a todos por vuestro cariño y empatía en el último post (aquí, en Instagram y en Facebook). De verdad que me he sentido muy arropada y querida. ¡Muacks!

martes, 30 de junio de 2015

Pequeño diario de una noche de verano (I)

Nos sentamos en el balcón y una luz naranja ilumina los brotes de la parra virgen de enfrente convirtiéndola en una guirnalda de luz. En ese momento, sobre todo en días en los que las tomateras aún brillan de la lluvia de la tarde, empieza el concierto de nuestro Pepetta Pavarotti (nombrado así en honor al Pavarotti bávaro) y, claro, la ensalada de la cena te sabe a gloria.

2015-07 Julio y agosto de ensaladas

He estado pensando en cómo plantear julio y agosto en Una porción y media. He llegado a la conclusión de que estos días a muchos se nos rompe la rutina y poca es la gente que come sola, por eso el tema de esta vez va a ser bimensual. Llegan las vacaciones, ya lo dije en el post anterior, y las cosas van con más calma, con otros ritmos, vamos a descansar, a saborear…

Para participar, sólo hace falta subir al grupo de Flickr una foto de vuestras comidas en solitario, pueden ser ensaladas o no, pero lo importante es que sean comidas (no cenas, desayunos o meriendas) o a Instagram con el tag #unaporcionymedia o #julioyagostodeensaladas.

¡Salud!

jueves, 17 de enero de 2013

Las ensaladas no son solo para el verano

Como intento no comprar verduras fuera de temporada, mi ensalada de invierno lleva hinojo, naranja y un ingrediente que va cambiando para no aburrirme demasiado. A veces es queso feta, a veces son aceitunas, nueces o avellanas tostadas... pero siempre, siempre, va acompañada de pan :-)

Untitled

¿Coméis ensaladas en invierno? ¿Qué ingredientes de temporada usais? ¿Qué combinaciones son vuestras preferidas?

domingo, 5 de agosto de 2012

Como en casa

Estuve de vacaciones y me sentí como en casa.

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Ensaladilla para comer, a la sombra de las parras.

Water melon for dessert...
Sandía de postre.

Después, en casa, cuando llegaron las fotos del laboratorio, volví a sentirme de vacaciones otra vez. :-)

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cosas que aprendí en Viena (III)

A veces se tiene que escoger entre vivir la vida o fotografiarla, o lo que es lo mismo, no se puede estar en misa y repicando. Muchos momentos geniales de nuestro viaje a Viena los he podido registrar en mi diario de viaje fotográfico, pero la sonrisa más bonita de Viena, los juegos más divertidos y las conversaciones más interesantes (ante un plato de hummus o un bocadillo de pollo volador) simplemente los he disfrutado.

Hay momentos en los que expresamente dejo mi cámara a un lado y pongo todos mis sentidos en el aquí y ahora, como cuando me siento en un pequeño local que pasa casi desapercibido en compañía inmejorable ante una cena reparadora con la que soñaba desde hace tiempo.

Hace tiempo que me di cuenta de que la combinación de sushi y ensalada me iba genial para ver desaparecer el cansancio de turistear por una ciudad, devolverme el buen humor y no necesitar una siesta, así que cuando vi la ensalada-sushi que me sirvieron en el pequeño bar Suk fui literalmente feliz: arroz pegajoso y aún tibio, lonchas carnosas de pescado y verduritas crujientes. La salsa picante estilo ketchup estaba buena, pero no me acabó de convencer, por eso en mi versión la he cambiado por una vinagreta más a mi gusto.

Aviso que esta ensalada-sushi está llenita de ingredientes rarunos (¡qué novedad! jajajaja), pero os prometo que vale la pena una excursioncilla al supermercado oriental o a la sección de exóticos. Además, el resultado mejora una barbaridad cuando uno se pone en modo "pongo-atención-a-los-detalles-y-lo-preparo-todo-con-cariño" ;-) Si la probáis, ya me diréis...

Ensalada-sushi



Ingredientes (para dos)

250 gr. de arroz para sushi
medio calabacín verde y medio amarillo (o uno pequeño)
una zanahoria
medio aguacate
zumo de limón
un filete de atún y otro de salmón, sin espinas ni piel

para la vinagreta:
media cucharadita de pasta de wasabi
unas gotas de aceite de sésamo
tres cucharadas de aceite de sabor neutro
tres cucharadas de salsa de soja
una cucharada de vinagre de vino de arroz
una cucharadita de azúcar

para decorar:
una lámina de alga nori
un puñado de semillas de sésamo tostadas
mezcla de especias shichimi togarashi al gusto

Se cuece el arroz de sushi como indique el paquete, yo lo hice como indica este libro. Mientras se deja enfriar el arroz, se cortan las verduras a bastoncitos de unos 3 ó 4 centímetros de longitud y un par de milímetros de grosor. Se riega el aguacate con limón para que no se ennegrezca. Se corta el pescado a láminas (yo lo corté en cuadrados de unos 3 ó 4 centímetros de lado). Preparar la vinagreta mezclando bien todos los ingredientes y montar el plato.
En cuencos se pone el arroz enfriado (a mí me gusta un poco tibio), se añade un poco de la vinagreta y se colocan primorosamente las verduritas y el pescado encima. Se decora con el alga nori bien picada, sésamo tostado y la mezcla de especias shichimi togarashi (de la cual soy totalmente adicta) al gusto. Se sirve con el resto de la vinagreta, salsa de soja y las especias para que cada cual lo sazone a su gusto.

El día que la hice en casa eché de menos haber preparado un té verde para acompañarla, así que la próxima vez que la haga me voy a preparar el té verde con arroz tostado que siempre me pido cuando voy a comer sushi.

Hoy es primero de septiembre, así que es el momento de acabar los proyectos de verano y empezar con los de otoño. Hoy se cierran en La Vuelta a Mundo los cuadernos de viaje y próximamente os explico más sobre lo que planeo este otoño. ¿A vosotros, qué os gustaría hacer?

¡Salud!

martes, 21 de septiembre de 2010

Spätsommer

Pulsa aquí para ver el texto en español Click here to see the post in English


Spätsommer significa la aparición de tomates maduros de todos los colores, tamaños y formas. Por doquier se ven judías verdes de colores imposibles, berenjenas, calabacines gigantescos, pimientos de formas extrañísimas y guindillas de todos los calibres.

Late summer

Es una época de transición que se expresa con un tiempo loco, magníficos manjares y la aparición, poco a poco, del dorado otoño.

Spätsommer Salat

Late summer salad

Ingredientes (para dos como plato principal con pan)

medio kilo de judías verdes
un cuarto de kilo de tomates de diferentes tamaños, colores y formas
un puñado de aceitunas variadas
queso feta
aceite, vinagre balsámico, sal y pimienta

Se limpian y se cuecen las judías en abundante agua salada. Se trocean los tomates más grandes, se dejan enteros los más pequeños. Se mezclan todos los ingredientes en un cuenco grande y se sirve con un trozo de buen pan.

Aquí uno de mis platos preferidos de finales de verano. Este tipo de ensaladas que combinan ingredientes cocidos con ingredientes crudos me encantan, además se les puede añadir los ingredientes que más apetezcan, ayer mismo cenamos una con gambas salteadas ¡Lástima que las judías se muden al verde una vez cocidas! :-)

¡Salud!

domingo, 9 de mayo de 2010

¡Sólo una ensalada!

Me gusta que en Salzburgo una se pueda pedir una ensalada como almuerzo. En los restaurantes sirven algunas de éstas que por su precio (a partir de 7 euros) se conoce enseguida que pasan a ser platos principales. Además, van llenas de cosas ricas, te llenan una barbaridad y no te dejan el resto del día amodorrada. Y lo mejor es que nadie te mira de reojo como si sufrieras algún desorden alimenticio grave.

Hoy he hecho mi versión para aquellos que quieran ponerse bikini este verano ;) como todos los participantes del HEMC.


Ensalada-almuerzo de pollo marinado


sólo una ensalada

Ingredientes (para dos)

dos mega-cuencos
400 gr. de filetes de pollo
un diente de ajo
el zumo de media lima (también vale limón)
una cucharada de aceite de oliva
media cucharadita de pimentón
media cucharadita de tomillo seco (también sirve orégano, albahaca, o la hierba que apetezca o se tenga a mano)
un cuarto de kilo de espárragos trigueros
cuatro buenos puñados de lechugas variadas
un buen puñado de tomatitos
sal y pimienta al gusto
algo más de aceite y un poco más de zumo de lima (al gusto)

Se mezcla el zumo de lima con una cucharada de aceite de oliva, algo de sal, el ajo picado, el pimentón y el tomillo. Se cortan los filetes de pollo a trozos que quepan en la boca y se mezclan con la marinada. Se trocean los trigueros y se hacen en la plancha hasta que estén al gusto. Mientras se saltean los trigueros, se pone en cada cuenco dos buenos puñados de lechugas y los tomatitos troceados. Se añaden los trigueros cuando ya estén listos y en el último momento asamos los trozos de pollo en la sartén o plancha junto con el juguito sobrante. Se reparten por encima de la ensalda, se aliñan con más aceite, zumo de lima, sal y pimienta si apetece y se sirve.

Yo la he servido con un pan de esos con tantos frutos secos y semillas que son casi barras de proteínas. Pero del postre que nos hemos tomado después no digo nada por solidaridad con los que están haciendo dieta y porque Palmira me diría que no entra en el tema de este mes ;)

¡Salud!

viernes, 9 de abril de 2010

Odeleiiiii odeleiiiiiiiii

Para apreciar la primavera alpina se ha de saber cantar cosas como éstas...



Yo ya voy ensayando y para sentirme como copo de nieve me dedico a comer hierbas del prado en ensalada.

Wiesenkräutersalat

Esta mezcla de hierbas las compré del mercado, pero quien no sea tan vago como yo, puede ir al campo a recogerlas. A simple vista pude reconocer margaritas, berros, diente de león y una especie de ortiga que no pica. Hay otras que no he podido reconocer ni con mi guía de hierbas silvestres comestibles :)

Con unas alcachofitas, aceitito y limón han sido un almuerzo primaveral la mar de rico.

¡Feliz fin de semana!

martes, 9 de febrero de 2010

Sin inspiración y sin queso

Últimamente estoy poco inspirada, no me ilumino con historias o recetas para compartir. Incluso he llegado a salir a correr a -3º, porque a mí la inspiración me suele llegar cuando estoy en movimiento, pero nada... por eso agradezco cualquier comentario que me haga recordar ese ingrediente que tenía olvidado y me haga ponerme en marcha. Y aquí va la historia de hoy de la abuela ;)...

Nunca jamás hay que confundir el Kren con el queso... igual que nunca hay que confundir el wasabi con el guacamole. Las consecuencias pueden ser catastróficas.

Confusiones traumáticas aparte, me gusta mucho esta raíz de sabor amostazado y sumamente picante. En las calles austríacas se usa para condimentar salchichas y en casa la usamos para condimentar sopas (genial como descongestionante), ahumados y ensaladas como esta...

Krenslaw

krenslaw

Ingredientes (para 2 o 3 personas)

un buen trozo de apionabo
un par de zanahorias grandes
una manzana
un puñado de pasas
un puñado de nueces
un par de cucharadas soperas de nata agria
un trozo de rábano picante rallado
un chorro de zumo de limón
sal y pimienta al gusto

Se rallan el apionabo, las zanahorias y la manzana. Se añaden las pasas y las nueces troceadas. Se mezcla la nata agria, el rábano picante el zumo de limón, la sal y la pimienta para hacer un aliño. Se aliña la ensalada y se deja reposar, que esta ensalada, cuanto más reposada mejor sabe ;)

Me encanta esta ensalada porque se mantiene muy bien unos días en el frigorífico y porque el contraste de sabores es genial: el ácido de la manzana con el dulce del apionabo, las zanahorias y las pasas. Las nueces le dan un toque crujiente fantástico, la nata y el limón el toque ácido y el rábano picante, el picante (¡claro!). Aquí viene acompañada de ahumados y otros productos de pescado.

¡Salud!

jueves, 28 de enero de 2010

Sin tomate

Hace ya tiempo (jo, ¡cómo pasa el tiempo!) estuvimos hablando con Ch sobre el tema de las frutas y verduras de temporada.

El invierno de 2007-2008 fue nuestro primer invierno tomato free y se ha convertido en una bonita costumbre. Dejamos de comprar tomates frescos cuando las etiquetas indican lugares del hemisferio sur y volvemos a comprar cuando vuelven a venir de cerca. La verdad, parecía que iba a ser más duro pero me gusta la idea de disfrutar las cosas en la temporada que toca. Así las echo en falta, las espero con más impaciencia y cuando las hay las disfruto mucho más. Las cosas más cotidianas se convierten en auténticas fiestas. Además, siempre hay algún cítrico de temporada que te alegra el día...

pan sin tomate

Pan sin tomate: pan de centeno, queso fresco y rodajitas de clementina

ensalada sin tomate

Ensalada sin tomate pero con lechugas, berros, naranjas, aceitunas negras y una latita de salmón al natural (supongo que con atún o sardinas funcionaría igual)

¡Salud!

viernes, 10 de julio de 2009

¿Dónde se habrá metido?

Llevamos tres semanas buscando al verano... ¿dónde se habrá metido este hombre? Yo tengo la sospecha de que se ha disfrazado de otoño para despistar.
Como ya me he cansado de quejarme, he decidido prepararme una ensalada de otoño,

ensalada de otoño
Ensalada de otoño adaptada al verano: lechugas variadas, apio, nectarinas (la de otoño lleva manzanas), queso fresco y nueces con aliño sencillo de aceite, sal y limón.

ponerme música de otoño,



buscar entretenimientos de otoño y aprovechar la tarde para estrenar mi cacillo nuevo con el té de especias y chocolate, ideal para este verano vestido de otoño lluvioso.

estreno
Mi nuevo y precioso cacillo, a juego con la tetera, esperando los 5 minutos de reposo del té.

¡Salud!

domingo, 19 de abril de 2009

¡Bang!

Los árboles han explotado y todo se ha vuelto verde.

bang!

Es hora de la primera comidita de la temporada en el balcón...

comida en el balcón

Ensalada de aguacate, salmón ahumado y brotes de berros, aliñada con aceite, sal, pimienta y limón. Una comida frugal para que quepa después el postre.

¡Salud!

martes, 26 de agosto de 2008

You say tomaaaatooo...

Si algo tiene forma de tomate, color de tomate, huele como un tomate y sabe como un tomate, es... ¡un milagro! O como dicen en estas tierras, un Paradeiser, que a mí me suena a gloria ;)

A finales de verano el mercado se llena de estos maravillosos frutos en todas sus formas, colores y tamaños.

Mis favoritos, sin ninguna duda, son los Ochsenherzenparadeiser (respiro...) que traducidos literalmente serían los tomates de corazón de buey. Supongo que se llaman así por su extraña forma y por el tamaño que pueden llegar a tener (algunos pueden alimentar hasta a cuatro personas, doy fe de ello)

tomaaato

Son unos tomates carnosos y sabrosos que a mi gusto están deliciosos sin más, en filetes, para disfrutar de su sabor al máximo y de su textura carnosa.

Naturalmente, es pecado ponerlos en la nevera, es mucho mejor comerlos tibios. Aquí está mi propuesta con ellos para el HEMC de esta edición, en el que Aida e Irene nos animan a cocinar con la hortaliza del verano por antonomasia.

Filetes de tomate con ensalada de legumbres y atún

tomeitooo

Ingredientes (para dos)

un tomate carnoso grande (en mi caso es el "corazón de buey")
una lata de judías cocidas
una cebolleta picada
un puñado de hierbas frescas picadas (albahaca, cilantro y perejil)
un chorro de vinagre bueno
un par de filetes de atún fresco
un chorro de aceite de oliva
sal y pimienta al gusto

Se pone la cebolleta con el vinagre y un pellizco de sal en un recipiente y se deja macerar. Se cortan los tomates en filetes. Se mezclan las alubias, la cebolleta y las hierbas.
Se hacen los filetes de atún en una plancha bien caliente con un chorrito de aceite. A mí me gusta que no queden muy hechos, pero como eso va a gustos...
Se sirven en unos platos los filetes de tomate acompañados de la ensalada de alubias y el atún. Se aliña todo con un poco de sal, pimienta y aceite de oliva al gusto

Aish... y pensar que he tenido que venir a los Alpes desde el Mediterráneo para comer buenos tomates...

¡Salud!

miércoles, 9 de julio de 2008

Gemütlich

Gemütlich es una de mis palabras favoritas en alemán. Gemütlich es un sofá y una mantita suave, es una taza de té y unas galletitas, son las pantuflas de estar por casa.

Pero gemütlich también es una cena entre amigos, el silencio en confianza o cualquier momento placentero disfrutado con calma.

gemütlich

Gemütlichkeit es lo que se siente al entrar en este local (os prometo que no es la casita de la abuela de Caperucita, es el Bio Stop, un local de comida biológica en Nonntal) para tomar un café y comprar un paquete de lentejas du Puy.

Es una palabra que sólo con oírla ya te reconforta.

Normalmente su sonido me evoca sopas calentitas, nieve y pijamas de felpa a rayas, pero en verano me evoca comiditas frescas y ligeras como ésta que participa en el HEMC de los melocotones escogido por Cerise.

Comidita de melocotones y nectarinas

gemütlich

Ensalada de lentejas y nectarinas (para dos)

Se cuece una taza de lentejas du Puy (compradas en el local más gemütlich del mundo mundial) hasta que estén tiernas. Se cuelan y se mezclan en caliente con una vinagreta de aceite, vinagre de jerez, cebollino picado, sal y pimienta. Se dejan enfriar. Se trocean dos nectarinas y se añaden a las lentejas frías. Se pica una cebolleta y se añade también. Se puede acompañar de algo de sabor más contrastado, con bacon crujiente está fantástica pero creo que con un queso feta estaría genial.

Té frío de melocotón
(para un litro)

Se prepara un té negro con una taza de agua y dos bolsitas de té, se endulza con azúcar al gusto. Se deja enfriar. Se pela y se tritura un melocotón bien maduro. Se mezcla el melocotón triturado y un chorrito de zumo de limón con el té ya frío y se añade agua fría hasta completar un litro de líquido. Se deja enfriar en la nevera y se añade hielo al servir, si apetece.

¡Salud!

viernes, 20 de junio de 2008

Enjundia

Un par de caballeros me introdujeron hace tiempo el concepto de enjundia. Yo entendí el significado de la palabra por el contexto en el que se usaba. Más tarde la busqué en la RAE y pude entenderla racionalmente. Pero no fue hasta el otro día que no comprendí con toda el alma el alcance del concepto, en el momento en que me metí en la boca un currusco de pan de esta receta...

Ensalada César (inspirada en la receta de Jamie Oliver)

enjundia

Ingredientes (para dos):
dos cuartos traseros de pollo
tomillo seco
media barra de pan blanco cortada a rebanadas gruesas
unas cuantas lonchas de bacon ahumado
un buen puñado de hojas de lechugas variadas
medio diente de ajo
un par de filetes de anchoa en aceite
un par de cucharadas de creme fraiche
un chorrito de limón
un chorrito de vinagre de jerez
una punta de mostaza
un puñado de parmesano rallado
aceite de oliva
sal y pimienta

Se pone en una fuente para el horno una capa de pan y encima el pollo con sal, pimienta y tomillo al gusto. Se mete en el horno precalentado a 200ºC y se deja unos 40 minutos. Entonces se pone el bacon por encima del pollo y se deja un cuarto de hora más, hasta que esté crujiente y dorado.
Mientras, preparamos la salsa picando el ajo junto a las anchoas y batiendo la pasta que resulta con la crema, el limón, el vinagre, la mostaza, el parmesano y el aceite.
Se ponen las hojas de lechuga en un bol, se desmiga el pollo y el bacon y se añade. Se resiste la tentación de comerse el pan a dos carrillos (es lo mejor de esta receta) y se parte a trozos para añadirlo a la ensalada. Se mezcla todo con la salsa y se disfruta con los ojos en blanco.

La salsa queda como un alioli suave, así que se puede sustituir por el auténtico si se prefiere, o por una mayonesa ligera.
Lo mejor: los curruscos de pan. Algunos quedaron blandos al estar mojados por los jugos del pollo pero estaban gloriosos. Mis favoritos fueron los que quedaron crujientes y tostaditos con toda la enjundia del pollo.

¡Buen fin de semana!

martes, 10 de junio de 2008

El balcón más grande del mundo mundial

Quien no se conforma es porque no quiere. Vivimos en un mini-apartamento de unos 45 metros cuadrados y sin embargo tenemos el balcón más grande del mundo mundial. Miradlo...



La verdad es que tenemos que compartirlo con vecinos, estudiantes, turistas japoneses y (en las próximas semanas) con hinchas futboleros ruidosos venidos de todos los rincones de Europa, pero también tiene muchas otras ventajas.

No tenemos que limpiarlo, sólo mantenerlo limpio. Nos cortan el césped en verano y nos quitan la nieve en invierno. Tiene árboles que dan sombra, vistas al río y cómodos bancos de madera donde almorzar o cenar, leer o ver a la gente pasear.



Nuestro último almuerzo en el balcón consistió en una ensalada de arroz, alubias, tomates, aceitunas negras, albahaca, aceite y vinagre... un poco de pulpo con pimentón y unos cuantos quesitos babybel (qué serían mis comiditas al aire libre sin ellos).

El café te lo preparan y te lo sirven... eso sí, cuesta 2 euretes... ¡no se puede tener todo!

¡Salud!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Feo pero salao

No hay que hacer caso del aspecto exterior. En la línia del Sellerie, también hay otros como estos topinambur que parecen recién caídos de un planeta desconocido y después están bien ricos. Hay que quererlos así, tal como son, sin juzgarlos por esa apariencia incómoda de mirar.



Acabo de leer en la wiki que es una planta familia de los girasoles y que, además, tiene un montón de propiedades nutritivas fantásticas. Aunque también hay algunos que creen que ninguna menta puede combatir los efectos secundarios que puede producir ;). La verdad es que a mí me sientan peor algunas legumbres ;).

Tiene una textura parecida a la de una patata y un sabor que recuerda a la alcachofa (supongo que por eso se llaman "alcachofas de Jerusalem" en inglés). Los probé hace algún tiempo y tardaron tanto en cocerse que no me volví a animar hasta que me picó otra vez el gusanillo viendo esta receta. Ayer nos los cenamos así:

Ensalada de topinambur y rúcula




Ingredientes (para dos)

medio kilo de topinamburs
un buen puñado de rúcula
un buen trozo de feta desmenuzado
una cucharada de yogur griego
medio ajo picado
un poco de menta picada
un chorro de aceite
un chorrito de limón
sal y pimienta al gusto

Se pelan los topinamburs y se parten en trozos. Se cuecen (yo creo que los dejé una media hora) hasta que estén tiernos. Se escurren. Se prepara una salsa con el yogur griego, el aceite, el limón, la menta, el ajo, sal y pimienta. Se mezcla todo con la rúcula y el feta y...¡a comer!. A mí me gusta que quede tibia, por eso me la como inmediatamente, pero también se puede dejar enfriar.

Justo antes de comerla, le añadimos una mezcla de flores y especias, y unas cuantas pipas de calabaza... mmmh...
En realidad, no deja de ser una variación más de la Kartoffelsalat de estas tierras.

¡Salud!

viernes, 21 de septiembre de 2007

Sola en la cocina...

Uno de los libros que he leído este verano es Alone in the Kitchen with an Eggplant. Desde que me enteré de su existencia que tenía muchas ganas de leerlo y no me ha decepcionado en absoluto.

En él, diferentes autores explican de manera amena y divertida sus peripecias cocinando para sí mismos o comiendo solos. Hay historias para todos los gustos, desde quien odia comer solo hasta la madre de familia que anhela tener una noche de cena solitaria.

El libro me ha hecho pensar en qué es lo que yo como y cocino cuando estoy sola. Cuando empecé a vivir sola fue cuando realmente comenzó mi gusto por la cocina. Quería probarlo todo, hacer todas las recetas. Desde que el Tonisito se mudó conmigo ya no ceno sola, pero la mayoría de los días sí que almuerzo sola. Y me gusta. No sólo cocinar para mí, también comer sola en restaurantes o cafeterías y observar a la gente, disfrutar del tiempo...

Cuando cocino para mí, suelo hacerme ensaladas o sopas. Y no tengo grandes rituales, acostumbro a comer (¡sacrilegio!) leyendo recetas en blogs y webs de cocina.


En este caso, la ensalada está tuneada con brotes variados

Mi ensalada estrella suele ser la de tomate, mozzarella y albahaca fresca aliñada con aceite y vinagre balsámico. Pero admite muchas variantes según la temporada y el humor. A veces le añado tomates secos picados, olivas, brotes de alfalfa o sardinillas en aceite, otras veces sustituyo la mozzarella por aguacates maduros y una pizca de guindilla, y algunas veces he sustituido el tomate por remolacha fresca y un chorrito de limón.


Crema de coliflor con eneldo fresco y pimienta

Las sopas que más me gustan son las cremas de verdura, sobretodo cuando empiezan los fríos. Facilísimas: cebolla pochada en aceite, las verduras que se tengan por la nevera en daditos (coliflor, calabacín, puerro, zanahoria, calabaza, nabo, chirivía... se admiten todas las combinaciones), se cubren con agua o caldo, 15 o 20 minutillos de chup chup, se tritura todo y voilà! ¡a comer!
Normalmente las enriquezco con una cucharada de yogur, nata agria o aceite de pipas de calabaza y les pongo tropezones de jamón, backerbsen (guisantes de pan tostado), queso rallado o pipas. A veces voy a lo simple y con unas hierbas aromáticas picadas y pimienta ya me conformo.


Pan integral de trigo y avena

Lo imprescindible para mí en todas estas comidas solitarias es el pan, ya sea tostado, de semillas, crujiente o crackers, no puede faltar en mi mesa. Soy una "panarra" de cuidado.

De postre, me encantan las frutas. Un plátano con dátiles o una manzana a rodajas untada de mantequilla de cacahuete (ya sé que suena a "marranada" yanqui, pero está buenísimo) es mi colofón favorito.

Y a vosotros, ¿qué os gusta comer o cocinar cuando estáis solos?

lunes, 6 de agosto de 2007

Vacaciones de verano

Pues eso, que me voy unos días de paseo por Austria, a explorar un poco el país. A la vuelta, ya os explicaré mis aventuras.



Mientrastanto os dejo otra ensalada para que os refresquéis de los calores de la temporada.

Ensalada de brotes de berros



Ingredientes (para uno con buen apetito)
un puñado de lechugas variadas
un puñado de brotes de berros
medio hinojo cortado fino
medio pepino en rodajas
medio aguacate cortado en dados
un poco de caballa en escabeche desmenuzada (yo seguí la receta de Lobstersquad)
un poco de la salsa y las verduritas del escabeche

Poner en un plato un lecho de lechugas, encima el hinojo y los berros, alrededor las rodajas de pepino. Adornar en el centro con el aguacate y la caballa. Aderezar con la salsa y las verduritas del escabeche.
Servir con un buen pan rústico "pa mojar" la salsa.

He leído que los berros tienen mucho ácido fólico que es imprescindible en las dietas de las mujeres embarazadas para evitar problemas en el feto. También es una buena fuente de calcio, así que es una muy buena alternativa para la gente que por lo que sea no puede tomar leche.

Espero que os guste la receta y que todos tengáis, hayáis tenido o vayáis a tener unas bonitas vacaciones.

¡Salud!

miércoles, 1 de agosto de 2007

¡Aquí no se tira nada!

Esa es una de las cosas que me han grabado a fuego mis padres, la comida es un bien sagrado que no se puede desperdiciar. Me da mucha rabia que las cosas se pongan malas y tenerlas que tirar, es algo superior a mí.

Cuando pasé un mes viviendo con una familia alemana en Tübingen pude observar como el título del post de hoy se cumplía a rajatabla. Así te encontrabas en la nevera las cosas más inauditas, como un trozo de pan a medio comer o medio plátano. No sé si era una cuestión cultural o particular de esa familia. Siempre me pasan estas cosas. Cuando observo un comportamiento de alguien no sé si es de ése alguien en particular o es que "aquí es costumbre". Soy muy mala haciendo observaciones empíricas... :)



Hace unas semanas compré guisantes frescos. Estaban muy tiernos, por lo que hice una ensalada para comerlos crudos. Me sobraron unos cuantos y también las vainas. Como no me resigné a tirarlas, hice una crema de guisantes y un caldo de vainas muy ricos. Aquí van las recetas:

Ensalada de arroz y guisantes ("la amiga de los niños" ;))



Ingredientes (para uno con hambre de puma)
media taza de arroz integral
un puñado de bróquil cocido
un puñado de judías verdes cocidas
un tomate mediano a dados
un trozo de pepino cortado a dados
una cebolleta picada
un puñado de guisantes frescos crudos
aceite, limón, sal y pimienta para aliñar

Se cuece el arroz y se deja deja enfriar debajo del chorro de agua fría (a mi me gusta dejarlo un poco tibio para que "chupe" mejor los sabores del aliño y de los otros ingredientes)
Se mezclan todos los ingredientes y se aliña.

Esta ensalada es muy fresca. Me encanta combinar ingredientes crudos con ingredientes cocidos en las ensaladas porque contrastan más los sabores y las texturas. Si se quiere algo más contrastado aún se puede añadir bacon tostado.

Crema de guisantes



Ingredientes (para uno)
un buen puñado de vainas de guisantes frescas
una zanahoria
un par de cebollas
una hoja de laurel
un puñado de guisantes frescos
un ajo
aceite y sal

Se hace un caldo hirviendo una media hora en agua salada las vainas de los guisantes, el laurel, una cebolla entera y la zanahoria.
En una cazuela se pocha con aceite la otra cebolla picada y el ajo. Cuando la cebolla está transparente se añaden los guisantes, la zanahoria y la cebolla del caldo y el caldo en sí colado. Se hierve unos 10 minutos, se tritura, se sazona y se sirve calentita, tibia o fría (según las apetencias y la temperatura)

Yo la acompañé de pan tostado, pero se puede añadir una cucharada de yogur o nata con menta, o unos picatostes.

¡Después dirán que del cerdo se aprovecha todo!
¡Salud!